jueves, 2 de enero de 2014

Oceánico.

Teníamos una charla sobre drogas en clase de filosofía. El típico discurso moral y archisabido. El profesor dijo que la intención del que se drogaba era escapar de sí mismo, y que eso era una tontería.
 
Yárchik levantó su brazo. Hubo risas irónicas. El profesor le dio la palabra, con una sonrisa en sus labios. Fue un gusto ver cómo se iba petrificando.
 
Yárchik dijo que las drogas son estúpidas porque son externas, no porque sirvan para escapar de uno mismo. Que escapar de uno mismo podía ser negativo o positivo. Y que era positivo cuando eso servía para fundirse con el mundo, con el universo.
 
-Muchos músicos han sentido eso mientras tocaban: es el sentimiento oceánico.